Una manera sencilla de redecorar tu hogar o proteger las paredes de rozaduras (muy frecuentes con niños pequeños) es mediante la colocación de un friso. Son económicos, de diversas medidas, colores y texturas y muy sencillos de colocar.
Podemos realizar la instalación de un friso en paredes mediante dos procedimientos: mediante rastreles o bien con el pegado directo.
Recomendaciones previas
Aclimatar el friso a la temperatura de la habitación abriendo los paquetes unos dos días antes.
Es recomendable comenzar a colocar friso por una esquina.
Debemos dejar un centímetro de separación con el suelo, y otro con el techo si se va a recubrir toda la pared de friso.
Si tienes que tratar o barnizar el friso es preferible hacerlo antes de su instalación.
Colocación de un friso en paredes mediante pegado directo
En este caso la instalación del friso es muy rápida (tal vez su única ventaja), ya que simplemente se ha de aplicar silicona a cada tabla de friso y presionarla contra la pared para fijarla. Sin embargo este método impide la circulación de aire por el interior del friso, lo que en ocasiones pude causarte algún problema con la dilatación y contracción de la madera. Además si necesitas cambiar una lama es más complicado.
Colocación de un friso en paredes mediante rastreles
Aunque la colocación de friso es más lenta que en el sistema anterior tiene algunas ventajas que merecen ser destacadas:
Permite la circulación de aire evitando problemas de condensación por las diferencias de temperatura.
Es más sencillo desmontar en caso de necesidad.
Permite modificar la disposición de enchufes e interruptores al poder desplazar la línea eléctrica entre los rastreles.
Los rastreles son listones de madera barata que fijaremos a la pared para después colocar el friso sobre estos clavándolos en las lengüetas o con clics preparados para tal efecto.
Los rastreles deben estar separados entre sí unos 50 cm. Puedes fijarlos a la pared con clavos de acero o bien sujetarlos mediante taco y tornillo. Para alinearlos puedes marcar la pared con una bota tiralíneas.
Es conveniente que el rastrel no sea continuo, es decir, debemos dejar huecos para que circule el aire y evitar problemas de condensación.
Colocaremos la primera lama de friso comenzando desde una esquina. Asegúrate de que la primera lama está a plomo con un nivel de burbuja. Ten en cuenta que sobre esta lama irán encajadas el resto. Retira los enchufes e interruptores para adaptarlos al friso. Puedes realizar los agujeros con una broca de corona.
Si fijas las lamas del friso con clavo has de introducir el clavo sesgado en la ranura. Si es mediante el sistema de clics introducir un clic metálico en la ranura y clavarlo. Es importante fijar cada lama de friso en todos los rastreles.
Acabados
Una vez realizada completamente la colocación del friso remátale con rinconeras, esquineras, bizcochos, etc. y coloca el rodapié. Estos elementos de acabado los puedes clavar con puntas de cabeza perdida o pegándolos con algún adhesivo como montablock.
Ahora que ya sabes frisar paredes, también debes aprender a cuidarlas y protegerlas de la edad. Por ello, te recomendamos el siguiente post:
2 comentarios en «Como colocar friso en paredes»